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Con la llegada del calor, las piletas, los espejos de agua y la playa se vuelven protagonistas del verano argentino. Sin embargo, junto con el descanso también aumentan los riesgos de cortes, resbalones e infecciones en los pies. El calzado acuático —ya sea tipo zapatilla de agua, sandalia o escarpín— cumple un rol fundamental para reducir estos problemas y cuidar la salud, especialmente en chicos y personas con piel sensible o defensas bajas.

¿Por qué es importante proteger los pies en piletas y en la playa?

Caminar descalzo alrededor de la pileta o sobre la arena puede parecer algo natural, pero no siempre es inocuo. En estos entornos suelen convivir:

  • Superficies ásperas o rotas que pueden generar cortes y raspones.
  • Objetos punzantes (vidrios, piedras, restos de metal, anzuelos).
  • Hongos que causan pie de atleta o micosis.
  • Virus que pueden provocar verrugas plantares.
  • Bacterias que aprovechan pequeñas heridas para producir infecciones.

En la playa, además, pueden aparecer restos de caracoles, espinas, basura o incluso zonas del agua con peor calidad, sobre todo después de lluvias intensas o cerca de desagües.
Un pequeño corte en el pie puede transformarse en un problema si se infecta, especialmente en personas con diabetes, con mala circulación o con defensas disminuidas.

Hongos, verrugas y bacterias: Las infecciones más frecuentes

En piletas, duchas y vestuarios de uso compartido, el ambiente cálido y húmedo favorece la proliferación de microorganismos. Entre las infecciones más habituales se encuentran:

  • Pie de atleta (tinea pedis): hongos que generan picazón, enrojecimiento, grietas y mal olor entre los dedos.
  • Verrugas plantares: causadas por virus, aparecen como durezas dolorosas en la planta del pie, muchas veces en quienes caminan descalzos en zonas húmedas.
  • Infecciones bacterianas: cuando una bacteria entra a través de un pequeño corte o ampolla, puede producir enrojecimiento, calor local, dolor y, en algunos casos, complicaciones más serias.

En la playa, además del riesgo de infecciones cutáneas, el contacto con agua contaminada puede favorecer otitis, conjuntivitis o cuadros gastrointestinales si se traga agua en malas condiciones.

Beneficios concretos del calzado acuático

El calzado acuático está diseñado justamente para estos entornos y ofrece varias ventajas:

1. Protección frente a cortes y golpes

  • Evita lesiones causadas por bordes filosos de la pileta, rejillas, piedras, caracoles o vidrios en la playa.
  • Disminuye el riesgo de lastimarse al entrar al mar en zonas de rocas o fondos irregulares.

2. Menos riesgo de infecciones

  • Reduce el contacto directo del pie con superficies húmedas y potencialmente contaminadas (bordes de piletas, vestuarios, duchas, arena mojada).
  • Ayuda a prevenir hongos, verrugas plantares y algunas infecciones bacterianas que aprovechan la piel dañada.

3. Mejor agarre y menos resbalones

  • Muchas suelas son antideslizantes, pensadas para superficies mojadas.
  • Disminuye el riesgo de caídas, especialmente en chicos que corren alrededor de la pileta o en adultos mayores.

4. Protección frente al calor y al frío

  • Evita quemaduras en la planta del pie por arena muy caliente en la playa.
  • En aguas frías (ríos, lagos, mar), el calzado ayuda a mantener algo más de temperatura en los pies.

Cuidados especiales de niños en la playa

En los chicos, el calzado acuático es casi indispensable:

  • Tienden a correr, saltar y jugar sin medir riesgos alrededor de la pileta.
  • Son más propensos a torpezas, caídas y golpes en los dedos.
  • Su piel es más delicada y sensible a hongos y lesiones.

Algunas recomendaciones:

  • Elegir modelos cerrados en la punta (protegen mejor los dedos).
  • Verificar que el calzado quede bien sujeto al pie y no se salga al nadar.
  • Enjuagarlo después de cada uso y dejarlo secar al aire, para evitar malos olores y hongos.

¿Cómo elegir un buen calzado acuático para la playa?

A la hora de comprar calzado para pileta o playa, conviene tener en cuenta:

  • Talle correcto: ni muy apretado ni demasiado suelto.
  • Suela antideslizante: con dibujo que mejore el agarre en superficies mojadas.
  • Puntera reforzada: para proteger dedos de golpes y roces.
  • Material de secado rápido: idealmente respirable y fácil de limpiar.
  • Cierre seguro: velcro, elástico o traba que evite que se salga en el agua.

Es importante no compartir calzado acuático entre varias personas, porque puede facilitar el contagio de hongos o verrugas.

¿Cuándo hay que consultar a un médico?

Conviene pedir atención médica si:

  • Un corte en el pie no cicatriza o se ve cada vez peor.
  • Aparece enrojecimiento, calor, hinchazón o pus alrededor de una herida.
  • Se observa una lesión dolorosa en la planta del pie que no desaparece.
  • Hay ampollas muy dolorosas o con signos de infección.
  • La persona tiene diabetes, problemas circulatorios o defensas bajas y se lastima el pie, aunque la herida parezca menor.

Una consulta temprana puede evitar complicaciones, necesidad de antibióticos más fuertes o incluso internaciones.

Planes de salud, viajes y asistencia médica

Tanto en escapadas de fin de semana a la playa, como en vacaciones largas o veranos en clubes con pileta, contar con una buena cobertura médica es clave para:

  • Acceder rápido a guardias y traumatólogos en caso de cortes o golpes.
  • Consultar a dermatología o podología ante hongos o verrugas.
  • Recibir curaciones y estudios si una herida se infecta.
  • Tener asistencia al viajero ante emergencias fuera de tu ciudad o en el exterior.

Si estás organizando tus vacaciones o el verano en familia, puede ser un buen momento para revisar tu cobertura y evaluar opciones de planes de salud y asistencia al viajero. En Salud y Bienestar podés comparar propuestas y encontrar un plan que te acompañe en tus vacaciones.

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