Aunque fumar sigue siendo un hábito muy extendido, hoy se sabe con claridad que es una de las principales causas evitables de enfermedad y muerte en el mundo. La buena noticia es que dejar de fumar genera beneficios casi inmediatos y también a largo plazo: mejora la salud del corazón y los pulmones, reduce el riesgo de cáncer, aumenta la energía, mejora la calidad de vida y hasta el bolsillo se ve aliviado. En esta nota repasamos por qué es tan importante dejar el cigarrillo y qué cambios positivos puede esperar el organismo.
¿Qué le pasa al cuerpo cuando dejamos de fumar?
Dejar de fumar no es solo “no prender un cigarrillo”: detrás de esa decisión, el cuerpo empieza una serie de procesos de reparación que arrancan a los pocos minutos y continúan durante años.
Beneficios en el corto plazo
En las primeras horas y semanas después de dejar de fumar se observa que:
- A los 20 minutos, bajan la frecuencia cardíaca y la presión arterial.
- En menos de 12 horas, el monóxido de carbono en sangre desciende a valores normales.
- Entre las 2 y 12 semanas, mejora la circulación y aumenta la función pulmonar.
- En los primeros meses, disminuyen la tos, el silbido en el pecho y la sensación de falta de aire.
Muchas personas refieren dormir mejor, sentirse menos cansadas y recuperar el olfato y el gusto con mayor intensidad.
Beneficios en el mediano y largo plazo
Con el correr de los meses y años sin fumar:
- Al año, el riesgo de enfermedad coronaria se reduce aproximadamente a la mitad respecto de una persona que sigue fumando.
- Entre los 5 y 10 años, baja el riesgo de ACV y de varios tipos de cáncer.
- A los 10 años, el riesgo de morir por cáncer de pulmón se reduce de manera significativa frente a quien continúa fumando.
- Después de 15 años, el riesgo de enfermedad coronaria se acerca al de una persona que nunca fumó.
Es decir, nunca es “tarde” para dejar de fumar: el organismo siempre se beneficia.
Fumar, corazón y pulmones: por qué dejarlo cambia el pronóstico
El tabaco está directamente relacionado con enfermedades cardiovasculares (infarto, ACV, enfermedad arterial periférica) y respiratorias (EPOC, bronquitis crónica, enfisema, cáncer de pulmón). Dejar de fumar:
- Reduce el riesgo de infarto y muerte súbita.
- Disminuye la probabilidad de ACV.
- Mejora la capacidad respiratoria y la tolerancia al ejercicio.
- Reduce el riesgo de EPOC y de cáncer de pulmón, laringe y otros órganos.
En personas que ya tuvieron un evento cardiovascular, abandonar el tabaco es una de las intervenciones más importantes para evitar nuevos episodios.
Beneficios emocionales y en la calidad de vida
Más allá de los números y las estadísticas, dejar de fumar impacta en la vida cotidiana:
- Menos sensación de dependencia y más sensación de control.
- Menos ansiedad ligada al “necesito un cigarrillo”.
- Mejora del ánimo y de la autoestima al sostener un cambio positivo.
- Mayor libertad para compartir espacios con hijos, familia y amigos sin preocupación por el humo.
En muchas personas, dejar de fumar también se convierte en puerta de entrada a otros cambios saludables: mejor alimentación, más actividad física, menos consumo de alcohol y mejor manejo del estrés.
Beneficios económicos de dejar de fumar
El bolsillo también respira mejor cuando se deja el cigarrillo. Si se hace el cálculo del costo de fumar un atado por día durante meses o años, el monto acumulado es enorme.
Al dejar de fumar se puede:
- Ahorrar dinero cada mes.
- Destinar ese dinero a actividades placenteras, ejercicio, alimentación de calidad o proyectos personales.
- Evitar gastos futuros vinculados a enfermedades, medicación, estudios e internaciones relacionadas al tabaquismo.
Estrategias para dejar el cigarrillo: Nadie tiene que hacerlo solo
Dejar de fumar es difícil, especialmente cuando hay muchos años de hábito, pero no es imposible. Y, sobre todo, no es necesario hacerlo en soledad.
Algunas estrategias útiles:
- Fijar una fecha para dejar de fumar.
- Identificar “disparadores”: situaciones, emociones o momentos del día que invitan al cigarrillo.
- Buscar alternativas: tomar agua, caminar unos minutos, técnicas de respiración, chicles sin azúcar.
- Avisar a familia y amigos para que acompañen el proceso.
- Evitar, al menos al principio, situaciones muy asociadas al fumar (ciertos bares, horarios, grupos).
- Considerar apoyo profesional: médicos, psicólogos, grupos especializados en cesación tabáquica.
- Utilizar, cuando corresponda, tratamientos farmacológicos (parches, chicles, medicación oral) indicados por un profesional.
En Argentina, el Ministerio de Salud dispone de líneas y programas de ayuda para dejar de fumar, además de centros de cesación tabáquica en distintas provincias.
El rol de los planes de salud al dejar de fumar
Contar con una buena cobertura médica facilita mucho el proceso de dejar de fumar:
- Consultas con médicos clínicos y cardiólogos para evaluar el estado general.
- Estudios de control (laboratorio, radiografías, pruebas cardiovasculares y respiratorias).
- En algunos casos, acceso a programas de cesación tabáquica, psicoterapia y seguimiento.
- Cobertura de medicación específica cuando está indicada.
- Acompañamiento en la prevención y detección temprana de enfermedades relacionadas al tabaquismo.
Si estás pensando en mejorar tu salud y dejar de fumar, puede ser un buen momento para revisar también qué cobertura tenés y si se adapta a tus necesidades. En Salud y Bienestar podés comparar propuestas y encontrar un plan que te acompañe en este proceso.
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