La Gripe K es una variante del virus de la gripe A (subtipo H3N2, subclado K) que está generando una temporada de influenza más temprana e intensa en varios países del hemisferio norte. Si bien por ahora el impacto mayor se observa en Europa, Estados Unidos y algunas zonas de Asia, especialistas advierten que podría llegar a la Argentina durante el próximo invierno, por lo que es importante conocer sus características, síntomas y medidas de prevención.
¿Qué es exactamente la Gripe K?
La llamada Gripe K no es un virus completamente nuevo, sino una variante de la influenza A (H3N2) que pertenece a un subclado específico conocido como “K”. En términos sencillos:
- Es una “rama nueva” dentro de la familia H3N2.
- Presenta más cambios genéticos de lo habitual.
- Esos cambios hacen que escape parcialmente a la inmunidad generada por vacunas anteriores o infecciones pasadas.
Hasta el momento, la información disponible indica que no parece causar cuadros más graves que otras cepas de H3N2, pero sí está asociada a mayor transmisibilidad y a temporadas de gripe más adelantadas y con muchos casos en poco tiempo.
La situación actual en el hemisferio norte
En varios países europeos y en Estados Unidos se observan:
- Temporadas de gripe adelantadas varias semanas respecto a años previos.
- Aumento importante de la incidencia de casos en la comunidad.
- Incremento de consultas e internaciones, sobre todo en niños pequeños y personas mayores.
En algunas regiones se volvieron a recomendar medidas como uso de barbijo en centros de salud, refuerzo de la ventilación en espacios cerrados y campañas intensivas de vacunación antigripal.
¿Puede llegar la Gripe K a la Argentina?
La respuesta corta es: sí, es posible. Los virus respiratorios viajan con las personas, por lo que el flujo de viajeros entre hemisferio norte y sur aumenta las chances de que la Gripe K circule también en nuestra región.
Por ahora:
- En Argentina la gripe mantiene niveles bajos fuera de la temporada invernal.
- Los organismos de salud siguen de cerca la evolución de esta variante.
- La Organización Mundial de la Salud ya emitió recomendaciones sobre la composición de las vacunas antigripales para el hemisferio sur, teniendo en cuenta las cepas que más circulan globalmente.
Es esperable que, si la Gripe K se vuelve dominante, se refleje en la temporada de gripe del invierno siguiente en nuestro país.
Síntomas de la Gripe K
Los síntomas de la Gripe K son muy similares a los de otras gripes de tipo A:
- Fiebre alta de inicio brusco.
- Dolor muscular intenso.
- Cansancio o fatiga marcada.
- Dolor de cabeza.
- Tos, por lo general seca.
- Dolor de garganta.
- Malestar general.
- En algunos casos, síntomas digestivos como diarrea o dolor abdominal.
Clínicamente puede confundirse con una gripe “común”, con otros virus respiratorios o incluso con COVID-19. Por eso, en determinados contextos se recomiendan estudios específicos para distinguirlos.
¿En qué se diferencia de una gripe estacional “típica”?
En la práctica, la diferencia más importante no está tanto en los síntomas, sino en el comportamiento epidemiológico:
- La Gripe K parece ser más transmisible.
- Genera picos de casos en un período más corto.
- La temporada se adelanta respecto a la gripe habitual.
- La vacuna de la temporada puede tener una eficacia algo menor frente a esta variante en particular, aunque sigue protegiendo contra formas graves.
Es decir, no se trata de una “súper gripe” en cuanto a gravedad individual, pero sí puede presionar más a los sistemas de salud por la cantidad de personas que enferman al mismo tiempo.
¿Quiénes son los grupos de mayor riesgo?
Como en toda gripe, los grupos con mayor riesgo de complicaciones son:
- Personas mayores de 65 años.
- Niños pequeños, especialmente menores de 5 años (y más aún menores de 2).
- Personas con enfermedades crónicas (cardíacas, respiratorias, renales, diabetes, obesidad).
- Personas inmunocomprometidas.
- Embarazadas.
En estos grupos puede aparecer neumonía, descompensación de enfermedades de base, necesidad de internación e incluso riesgo de muerte en casos muy severos.
Tratamiento de la Gripe K
El tratamiento de la Gripe K es similar al de otras gripes:
- Reposo.
- Buena hidratación.
- Antitérmicos y analgésicos indicados por un profesional para controlar fiebre y dolor.
- En pacientes de alto riesgo o cuadros moderados/graves, el médico puede indicar antivirales específicos cuando se detecta en las primeras horas de evolución.
Algo clave: no automedicarse con antibióticos, porque la gripe es causada por un virus, no por una bacteria.
¿Sirve la vacuna antigripal contra la Gripe K?
Los informes internacionales sugieren que:
- La Gripe K presenta cierto grado de “escape vacunal”, por lo que la eficacia puede ser algo menor que en otras temporadas.
- Aun así, la vacunación antigripal sigue reduciendo de forma significativa el riesgo de internación y enfermedad grave, sobre todo en niños, adultos mayores y personas con factores de riesgo.
Por eso, la recomendación general se mantiene, si pertenecés a un grupo de riesgo o tu médico lo sugiere, la vacuna antigripal es una herramienta fundamental de prevención, incluso en un contexto de variantes nuevas.
¿Cómo prevenir la Gripe K (y otras gripes)?
Las medidas de prevención son conocidas, pero no por eso dejan de ser efectivas:
- Vacunarte todos los años si estás dentro de los grupos recomendados.
- Lavarte las manos con frecuencia con agua y jabón o usar alcohol en gel.
- Ventilar bien los ambientes cerrados, especialmente en épocas de frío.
- Evitar compartir vasos, cubiertos o mate con personas enfermas.
- Usar barbijo si tenés síntomas respiratorios y vas a estar cerca de otros, en especial personas vulnerables.
- Quedarte en casa si estás cursando un cuadro gripal para evitar contagiar a otros.
Viajes al exterior y Gripe K
Si pensás viajar a países del hemisferio norte en plena temporada de gripe:
- Consultá con un profesional antes del viaje, sobre todo si pertenecés a un grupo de riesgo.
- Evaluá la vacunación antigripal previa al viaje.
- Mantené las medidas de prevención durante traslados y estadías (higiene de manos, ventilación, barbijo si estás enfermo).
Contar con asistencia al viajero y con un plan de salud sólido puede marcar la diferencia a la hora de acceder a atención médica, estudios y medicación si te enfermás fuera del país.
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