Con la llegada del calor y las vacaciones, las reuniones familiares y las actividades recreativas alrededor de la pileta se vuelven parte del día a día. Sin embargo, también aumenta el riesgo de accidentes acuáticos, especialmente en niños. El ahogamiento es silencioso, rápido y ocurre incluso en piletas poco profundas, por lo que la prevención y la supervisión constante son fundamentales para disfrutar del verano con seguridad.
¿Por qué aumentan los accidentes en la pileta durante el verano?
Durante los meses de diciembre a marzo, los casos de ahogamientos y accidentes en entornos acuáticos aumentan significativamente. Esto se debe a:
- Mayor tiempo de exposición en piletas y natatorios.
- Distracciones en reuniones sociales.
- Niños sin supervisión directa.
- Ambientes con mucho movimiento (clubes, campings, casas de verano).
- Falta de barreras físicas (alambrados, cobertores, puertas).
- Desconocimiento sobre primeros auxilios.
El ahogamiento es una de las principales causas de muerte accidental en la infancia, pero es también 100% prevenible con medidas adecuadas.
¿Cómo ocurre un ahogamiento? Señales silenciosas
A diferencia de lo que muestran las películas, el ahogamiento:
- No es ruidoso.
- No incluye gritos.
- Es extremadamente silencioso.
- Puede ocurrir en menos de 20 segundos.
- Puede suceder en 20 cm de agua.
Los niños, al caer o resbalarse en una pileta, no tienen fuerza suficiente para incorporarse, especialmente los menores de 5 años.
Pileta segura: Medidas que reducen el riesgo
1. Supervisión activa y constante
La regla es clara, un adulto atento, a menos de un brazo de distancia. Esto implica:
- Sin celular.
- Sin distracciones.
- Ojos siempre en el niño.
- No confiar solo en flotadores.
2. Cercos y barreras obligatorias
Las piletas del hogar deben tener:
- Cercos de al menos 1,20 m.
- Portón con cierre o traba.
- Sin objetos cercanos que los chicos puedan escalar.
- Cubiertas rígidas cuando no están en uso.
La barrera física es la herramienta más efectiva para prevenir accidentes.
3. Flotadores: útiles, pero no reemplazan la supervisión
Los flotadores pueden falsamente aumentar la sensación de seguridad. No deben reemplazar nunca:
- La presencia de un adulto.
- El aprendizaje de natación.
- Las medidas de prevención estructurales.
4. Enseñar habilidades acuáticas
El aprendizaje temprano de natación es clave, especialmente:
- Flotar boca arriba.
- Moverse hasta el borde.
- No correr alrededor de la pileta.
- Reconocer zonas profundas.
Las clases deben ser impartidas por instructores certificados.
5. Normas de seguridad en clubes y campings
Es importante verificar:
- Presencia de guardavidas.
- Señalización clara.
- Profundidades marcadas.
- Áreas específicas para niños.
- Controles de aforo y orden.
Si no hay guardavidas, el nivel de supervisión debe ser aún mayor.
¿Qué hacer ante un ahogamiento?
Actuar rápidamente puede salvar vidas.
- Retirar al niño del agua de inmediato.
- Verificar si responde o respira.
- Si no respira, iniciar RCP mientras se llama al 107 o al sistema de emergencias.
- No perder tiempo en métodos caseros (sacudir, dar golpes, inducir vómito).
- Buscar atención médica incluso si el niño parece recuperarse: puede existir ahogamiento secundario.
Recomendaciones para adultos y familias
- Evitar consumir alcohol mientras se supervisa a niños en la pileta.
- Retirar juguetes del agua para evitar que los niños se acerquen sin supervisión.
- Enseñar normas de seguridad desde edades tempranas.
- Designar un “adulto responsable” cuando hay muchas personas.
- Mantener limpia y visible el agua reduce riesgos.
El rol de los planes de salud en la prevención y emergencias
Contar con una buena cobertura médica es fundamental para actuar ante:
- Accidentes en piletas.
- Inhalación de agua.
- Crisis respiratorias.
- Internaciones.
- Controles y seguimiento pediátrico.
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